LA MUSICA Y EL CANTO
JOSÉ LUIS CUELLAS más de 25 años dirigiendo uno de los coros de mayor trayectoria
A los 24 años comenzó a dirigir un coro y lo hizo, nada más ni nada menos, en uno de los más representativos de nuestra ciudad y de la provincia de Buenos Aires. Desde entonces no paró de brindar su aporte a la actividad coral, llegando incluso a ciudades vecinas. .:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
José Luis Cuellas es director del Coro Polifónico de Junín «Rodolfo Alleva», uno de los coros más antiguos de la provincia de Buenos Aires, fundado en 1950.De 50 años de edad, su vocación para el canto fue evidente y a partir de los dos años, cuando en un lenguaje incipiente y «muy personal» cantaba el Himno Nacional.Sus primeros pasos en el estudio de la música los hizo de niño, siendo el primer instrumento la guitarra, con el profesor Osvaldo Moris en la Escuela Superior de Guitarra. Luego de recibirse como profesor de guitarra, continuó en el Conservatorio de Música, estudiando piano, y siguió en el Conservatorio Fracassi, la carrera de piano.«A los 17 años -recuerda José Luis en diálogo con DEMOCRACIA- me escucharon cantar en la Iglesia San José, y me invitaron a integrar un pequeño coro, para las misas. Estaba el maestro Jorge Vanasco, que es director de un coro de Buenos Aires, y venía a Junín a dirigir el coro Madrigalista. Es que luego de fallecer Rodolfo Alleva, al poco tiempo el Coro Polifónico quedó en una actitud pasiva en cuanto a actuaciones, ensayos y demás, pero se iba manteniendo porque tenía casa propia. El coro Madrigalista empezó a viajar, a tener actuaciones y ahí fue cuando me tomaron la voz y en el registro de tenor empecé a cantar. Luego este coro no podía subvencionar un profesor de afuera y empezaron a dirigir los mismos integrantes, algunos que se preparaban adecuadamente como Loccisano, Giagante y María Delfina Rodríguez».José Luis Cuellas manifestó que al renunciar María Delfina Rodríguez al Madrigalista, le propuso la dirección del coro pero él no quería porque estaba estudiando música.«A mí me encantaba y me encanta cantar, y no acepté. No acepté porque no tenía experiencia para llevar un grupo adelante, pero luego me insistieron tanto, porque no podían subvencionar un director y consideraban que yo lo podía llevar adelante, hasta que al final acepté con la promesa de que mientras tanto fueran buscando otro director.Y así seguí durante todos estos años. Desde ya agradezco la continuidad y el respeto que me han tenido siempre», expresó.Cuellas señaló que al año siguiente se produjo la fusión de éste con el Coro Polifónico, quedando ambos bajo el nombre de Coro Polifónico «Rodolfo Alleva» en honor al primer director y fundador. En 1981 fue propuesto como director del coro.«En el 2006 cumplí 25 años como director, en forma ininterrumpida, del Coro Polifónico», señaló.
Vocación
«Mi vocación por la música fue muy fuerte y no podía renunciar a mis principios en cuanto a todo lo relacionado al estudio, a la capacitación y a tratar de interiorizarme en el arte de la música. En estos momentos me dedico a la música, más allá de cualquier propuesta o de cualquier situación económica.Mi vida está muy, muy volcada a esto y siento placer y alegría de poder ejercerlo. Más allá de la estabilidad económica que me pueda generar, que no es mucho, pero me da mucha felicidad, mucha paz, mucha alegría poder hacer lo que siento, lo que me gusta», manifestó.Pero el Polifónico no es el único coro que lo ha contado como director. En el 2006, el Coro Polifónico de Ascensión, dirigido desde su creación por Cuellas, cumplió 10 años de actividad ininterrumpida.Al respecto, el entrevistado recordó que los inicios en esa agrupación se dio de la siguiente manera: «El Coro Polifónico de Junín fue a cantar para las fiestas patronales a Ascensión y fue entonces cuando el cura párroco le propuso crear un coro allí. Se anotó mucha gente, hicimos un estudio del registro de voz, de la posibilidad de cantar que tenía la gente y quedó un grupo de aproximadamente 20 personas en el coro, bajo mi dirección. Ahí empezamos a trabajar sin pausa. Recorrimos importantes lugares del país, participando de eventos a nivel nacional e internacional».Estas giras por el exterior, también se dieron con el Coro Polifónico de Junín, ya que estuvieron dos veces en Brasil y tres en Uruguay, en encuentros internacionales.«Lo más emotivo que recuerdo sucedió en uno de los encuentros en San Sebastián, Brasil, en 1998. Eramos el único coro extranjero, el resto eran brasileños y decidieron que se cantaran los dos himnos: el brasileño y el argentino. Así, el Coro Polifónico cerró el evento. Primero hice la presentación del himno, cantamos, y el público muy respetuoso se puso de pie y participó, como oyente obviamente, escuchando el himno. Fue para nosotros uno de los puntos más altos en cuanto a la emoción porque en ese momento no sólo representábamos a Junín sino al país, cantando el Himno Nacional y todo un repertorio argentino», recordó. El profesor Cuellas también da clases en el Conservatorio de Música de Lincoln, en la materia Práctica Coral y, por supuesto también dirige un coro. Por otra parte desde hace seis años aproximadamente está en el Colegio Universitario de Lincoln, en el taller de Coro para Adultos Mayores.Su actividad no para, este año empezó a dar un taller en la UNNOBA, en «Canto Coral» de PEPSAM (para adultos mayores), donde participan de 30 a 35 personas integrándolo. «Estoy muy cómodo, muy contento de poder dar todas las herramientas necesarias no solamente para el alimento al alma sino para la salud psíquica y la alegría de todas las personas. Eso es muy importante, lo que significa la actividad coral más allá de un pasatiempo, genera una función muy importante en la persona humana, en la totalidad, como enriquecimiento del alma, como una disciplina humana a través del compartir, del participar, de ser solidarios, y la música es para mí indudablemente memoria, disciplina, conocimiento, equilibrio psíquico, solidaridad, compromiso, participación. La música es el alimento del alma, como arte fundamental para la integridad humana».En cuanto si costaba captar la juventud para cantar en los coros, Cuellas respondió que en el Coro Polifónico de Junín había personas que lo integra de mucho tiempo atrás, sino también jóvenes de reciente incorporación.«Lo bueno es que conserva un equilibrio bastante importante. Cuento con 4 ó 5 tenores, 5 ó 6 barítonos, entonces si bien es un coro que no es numeroso, hay un equilibrio. El total de integrantes es de 25 a 28 personas. Yo en lo personal no tengo en cuenta la cantidad, de hecho he trabajado con 40 personas, en la masa el entusiasmo parece que fuera mayor al haber tanta cantidad, pero también con 20 voces. Lo que se hace difícil es invitar a los jóvenes a que participen sobre todo si son adolescentes, para que integren un coro de adultos. Lo bueno y lo más tradicional es que se forme un coro de esa edad, es decir un coro juvenil. En el caso del Coro Polifónico, el promedio de edad es de 40 años, hay gente más grande y gente más joven. Recientemente, por ejemplo ingresaron dos chicas de 15 años, y un joven de 22», explicó. «En el varón la edad ideal es entre 30 y 45 años, por la calidad de la voz, y en el caso de la mujer, no hay problemas, de 14 años en adelante pueden integrar el coro Polifónico, aunque lo ideal es que sean mayores de 20, más que nada por la edad promedio de este coro», dijo.
Nuevo repertorio
«En estos momentos estamos con nuevo repertorio, por lo tanto el objetivo es que en este primer semestre no asumir ninguna responsabilidad artística. Si no nos quedamos siempre con lo mismo. Todo esto genera tres etapas en la actividad coral: la primera es la del conocimiento del repertorio y todo lo que se refiere a la parte social ya que los coreutas se van conociendo entre sí, es la etapa de los ensayos, con buena camaradería, y más tolerancia en cuanto las equivocaciones que puede haber. La tercera etapa es la más linda, porque es la de los viajes, actuaciones, la de mostrarse. Pero la segunda etapa es más crítica del coro, en general y musicalmente hablando: es la puesta a punto del repertorio, el desarrollo intelectual de las obras, la expresión, la dinámica, los matices, la interpretación. Ahí sí hay que estar algo más serio, tener una mayor concentración porque es la puesta a punto y eso hay que hacerlo bien, genera un poquito más de cuidado, de concentración, de atención y de estar más en el tema, y eso a veces cuesta llevar adelante por parte de los integrantes».«El director tiene que transmitirle a los integrantes todas las estrategias y las pautas para que después puedan interpretar cada obra como merece cada una de ellas, de acuerdo al estilo, a la época, pero a veces todo depende de la obra, si la obra supera al integrante entonces se hace más complejo el aprendizaje. Ahora, si hay un equilibrio, si al integrante le gusta, se enganchó con el repertorio, entonces el esfuerzo es más llevadero para él», explicó.Consultado sobre cómo preparaba a un solista, el que estaba más expuesto a la hora de ‘mostrarse’ , Cuellas dijo: «Hay que prepararlo en todo aspecto, no solamente en la parte vocal sino en lo mental, sobre todo qué obra se va a abordar como solista, si es una obra popular, o académica, o si es un tango, requiere de muchísima expresión y de respetar el estilo a rajatabla de la obra más allá de las libertades que generalmente tiene un solista, en cuanto a la expresión. Hay que seguir un lineamiento mucho más estructurado porque si no queda todo desprolijo, en cambio en el solista hay ciertas libertades. De todas maneras, él tiene que tener todas las condiciones idóneas, no cualquiera puede ser solista».
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Un agradecimiento a Cecilia Luna , que hizo la gestión , y al diario por la gentileza de la publicación